Jagüey Grande: La patria chica donde comenzó todo

¿Cómo fueron tus inicios en el deporte?

–Me inicié en Jagüey Grande, mi municipio, en Matanzas, a los 10 u 11 años. Teníamos muy buena academia de tiro deportivo y con arco. Los profesores iban a las escuelas primarias captando estudiantes, explicando cómo era el deporte para que se presentaran si querían hacer las pruebas de aptitud. Pero con ese objetivo nunca fui. Más bien, iba acompañando a una amiga que sí quería hacer los exámenes.

“Como pasaba las tardes con ella allí, los entrenadores me preguntaron un día si quería probarme también y accedí. Vieron aptitudes en mí y empezaron a seguirme. Entonces, comenzó a gustarme, hice las pruebas, me empezó a ir bien y me quedé en el tiro.

“Mi amiga subió al equipo juvenil conmigo y de ahí al nacional. Al cabo de los años, se retiró y estudió una carrera profesional”.

¿Alguien en tu familia había sido deportista?

–Ninguno de mis padres practicó deportes. A mí papá le gustaban, pero nunca estuvo en un equipo nacional, provincial ni municipal.

“Tengo dos hermanos jimaguas menores que yo. Incursionaron en todas las disciplinas que había en Jagüey Grande y, finalmente, terminaron en el tiro deportivo. Uno de ellos llegó hasta el equipo juvenil. Luego decidieron irse del deporte y estudiar una carrera”.

¿Qué características debe tener un tirador deportivo?

–Lo bueno que tiene el tiro deportivo es que cualquiera puede llegar a él. No tienes que tener una característica específica. No debes ser muy fuerte, alto o delgado. Lo importante es que cuando te pongan en la posición, vean que eres capaz de centrar y agrupar bien los disparos.

“Ahí es cuando te empiezan a chequear y a enseñar cómo sería el deporte, ya un poco más como atleta, no solo como un hobbie. Te decía que no es necesario tener una característica específica, pero quizás cuando extiendes el ángulo del brazo, debe quedar lo más recto posible.

“Esto puede ser un medidor para que los entrenadores se decanten por el rifle o la pistola para ti. En el caso de la pistola, la mano debe agarrar bien la cacha; en el fusil, es importante que te quede cómoda. Son cosas que se van detallando, cuando tienes el arma en la mano.

“O sea, te pueden ver por ahí y no pensar que eres un atleta de tiro deportivo, porque no tienes un rasgo distintivo. Básicamente, van observando cómo te desenvuelves en la posición de tiro con el arma y, a partir de ahí, desarrollas tus potencialidades”.

La nómina al Mundial de Bakú la encabeza el doble medallista olímpico Leuris Pupo, figura referencial en la pistola tiro rápido a 25 metros. Foto: Roberto Morejón/ JIT.

¿Cuáles fueron tus referentes?

–Hemos tenido muy buenos tiradores. Margarita Tarradeli, Tania Pérez y María Teresa Gómez fueron excelentes y, por supuesto, Leuris Pupo, nuestro campeón y subcampeón olímpico.

“Todos queremos una medalla olímpica. Obtener un oro y luego repetir en una final con una plata ya es un mérito enorme”.

¿Crees que el tiro deportivo es silenciado un tanto en los medios de comunicación?

–No se le da la cobertura que lleva, porque desde Moscú 1980 tenemos un bronce olímpico.

“Tampoco se le ha dedicado las transmisiones televisivas que se debería. En los Juegos Centroamericanos pusieron un poco más.

“Todo el mundo piensa que es un deporte aburrido. Pero cuando ponen una final y personas que conocemos han estado ahí, disfrutándola o sufriéndola, dicen que es muy complicado.

“Entonces, han ido avanzando, modificando el reglamento para llevarlo a la televisión, porque todos quieren que sea más visual. Incluso, han cambiado de reglamento en las finales.

“Ya se puede poner música, antes no. El público está en el derecho de gritar. Han sido una serie de cuestiones que buscan darle un poco más de visibilidad y de show a lo que sería el deporte de alto rendimiento”.

¿Cómo fue el tránsito por las diferentes categorías?

–Cuando empecé, estaba en Jagüey Grande. Se hacían los eventos provinciales para determinar quiénes harían el equipo para los Juegos Escolares Nacionales y Juveniles. En mi primer año, no quedé dentro de la selección, pero como la sede de la competencia estaba en Jagüey Grande, participé como invitada.

“La temporada siguiente integré el conjunto y fui ganando resultados. Quedé campeona nacional varias veces en los escolares y juveniles, en las modalidades por equipo e individual. Cuando terminé el décimo grado, me subieron al nacional juvenil. Estaba en el CEAR Cardín. Permanecí un año allí, de 2004 a 2005.

“En 2006, fui promovida al nacional de mayores y pasé a la Esfaar Cerro Pelado. Aún estoy becada ahí.

“Cada año que competía en un evento, de acuerdo con los resultados hacía los equipos nacionales. Al ir transitando, pude asistir a mis primeros Juegos Centroamericanos, en 2006, en Cartagena de Indias.

“Ahí obtuve mi primera medalla de oro y una plata centroamericana. He participado en los Juegos Panamericanos de 2007 en adelante, y en todos los Centroamericanos, menos los de Mayagüez 2010.

“Después de 12 años, en Lima 2019 alcancé mi clasificación olímpica para Tokio. Espero seguir en el deporte un tiempo más”.

 

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