Club Martiano rinde homenaje a pedagoga jagüeyense a dos años de su desaparición física

La sede municipal de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana en Jagüey Grande fue el lugar apropiado para efectuar un digno y sentido homenaje de recordación a Sara González Cabrera, presidenta del Club Martiano y de la Sociedad Cultural José Martí de este territorio, al cumplirse dos años de su desaparición física.
Hasta ese espacio donde la destacada pedagoga y martiana acostumbraba a efectuar sus encuentros habituales con todos los miembros, acudieron esta vez Humberto Rodríguez Hernández, Historiador de la ciudad, María Elena González Cabrera, hermana de la distinguida personalidad, el doctor Diego de Jesús Alamino Ortega, actual presidente de la Sociedad Cultural José Martí, María Cariad Faget Mora, investigadora de temas históricos, Rodolfo Torriente, Político del Sector Militar; así como otros destacados maestros y personalidades de la cultura jagüeyense para exponer importantes momentos de la vida de esa carismática personalidad de la cultura, cuyos aportes a la historia local y la intensa labor revolucionaria y martiana caló muy hondo en el corazón de todos los jagüeyenses.
Durante ese homenaje preparado con esmerada entrega y amor, fueron reveladas diversas anécdotas contadas por fieles amigos y familiares que señalaron las cualidades de la primera personalidad jagüeyense que recibió la Distinción por la Cultura Nacional, el más alto galardón que otorga la cultura cubana en atención a su sencilla y humilde labor como presidenta del Consejo Municipal de la Sociedad Cultural José Martí en este territorio yumurino.
Procedente de una familia humilde, “Sarita”, como todos le llamaban cariñosamente, fue durante muchos años maestra y directora de escuelas en el campo, exitosa labor que desempeñó con sencillez y humildad hasta su jubilación, que la llevaron a merecer también la condición de Educadora del Siglo Veinte.
Durante el homenaje de recordación a la profesora Sara González Cabrera, a dos años de su desaparición física, los participantes dejaron claro que la “maestra de maestras” fue como pocos un ejemplo de cultura de resistencia y que su obra martiana y revolucionaria enriquecen el patrimonio cultural de este territorio matancero.

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