Andy Granda considera que es una persona alegre, que se mantiene enfocado en sus objetivos a pesar de los contratiempos. El campeón absoluto del judo en las categorías 100 y más de 100 kilogramos (kg) conversó con Girón y nos contó parte de su vida.
—¿Cómo defines tu trayectoria profesional?
—Cuando cumplí siete años decidí que sería karateca como mi padre, pero él prefirió anotarme en judo. Bajo las órdenes de “mi viejo” comencé a practicar el deporte y a ganar competencias provinciales convocadas por la Escuela de Iniciación Deportiva (Eide). Ahí comprendí que era lo que quería para mi vida. Al colchón de combate iba sin miedos, sin estrés. Solo disfrutaba el momento y eso me hacía feliz.
“No siempre quedaba vencedor, aunque ya se evidenciaban mis cualidades. Por eso a pesar de la derrota frente a un atleta de la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético (Espa), el profesor Juan Manuel Mesa me convocó para la Espa juvenil. Participé en un campeonato con 81 kg, pero casi al instante me enfrenté a otros judocas en los 90 kg. Luego de mi ascenso al equipo nacional de mayores y hasta hoy, compito por los 100 y más de 100 kg.
“Fue una etapa bonita, espectacular, y donde no faltaron los tropiezos. Así defino mi trayectoria”.
—¿Qué combates dentro de Cuba valoras como los más importantes y quién ha sido tu mayor rival en estas lides?
—Considero importante la medalla de plata que obtuve en el Nacional 11-12 y mi oro de 2014, cuando competí por los 100 kg, pues desde ese día mantengo el título de campeón absoluto en la categoría.
“En Cuba he tenido varios contrincantes fuertes. Me enfrenté con mayor frecuencia a José Armenteros, que fue subcampeón mundial. Cada combate con él fue un reto enorme y es un rival de capacidad”.
—¿Cuáles han sido las competencias internacionales que han marcado tu carrera?
—Mi primera experiencia internacional fue en el Campeonato Panamericano de Guayaquil en 2014, donde alcancé la medalla de plata tanto individual como por equipos. Después participé en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de ese mismo año. Regresé a Cuba con esa presea, pero con descontento, pues consideraba que pude haber conquistado la dorada. Es uno de los resultados que más me entristecen.
“En 2019 conseguí el oro en los Juegos Panamericanos de Lima; y me he presentado en Grand Slams, Grand Prix, campeonatos mundiales y otros, gracias a la Federación Internacional.
“Obtuve el triunfo más importante de mi carrera en 2022. En este Campeonato Mundial de Uzbekistán, tras enfrentarme a figuras como Roy Meyer y en la final a Tatsuru Saito, fui el único atleta cubano que alcanzó medalla. La emoción resultó mayor porque era nada más y nada menos que la medalla de oro”.
—¿Te consideras un deportista famoso?
—La fama no me caracteriza. Es cierto que la victoria de Uzbekistán representó una alegría para mi familia. Eso lo percibe el pueblo, por eso recibo tantas muestras de cariño a diario. Siempre agradezco a mis seguidores de Jovellanos, mi gente. A ellos les dedico cada victoria y los intento representar con la mayor dignidad.
—¿Quién es Andy Granda fuera del tatami?
—Andy es un joven que adora a sus padres y a su hermano, que prefiere pasar el tiempo con sus amigos y jugar fútbol tanto en el terreno como en videojuegos, que odia discutir. Solo le reprocha a la vida que sus abuelos paternos no pudieran disfrutar de los logros de su nieto, aunque soy consciente de que desde el cielo me protegen y guían para continuar cosechando éxitos. Ese es Andy.
