The Wahington Post: En Ucrania el riesgo ya no es el estancamiento, sino la derrota

En Ucrania el riesgo ya no es el estancamiento, sino la derrota. Las causas de este escenario serían varias: su incapacidad para recapturar el territorio que Rusia logró controlar, el recelo de EE.UU. a enviar ciertas armas, la mayor ventaja de las Fuerzas Armadas rusas, la oposición de lo congresistas del Partido Republicano a enviar más dinero y armamento a Kiev, y el bloqueo de la ayuda de la UE debido a la negativa de Hungría.

La prensa occidental insiste en difamar al primer ministro húngaro por ello, llamándolo “pretexto de Putin”, ocultando las razones por las que Víktor Orbán tomo esta decisión, las cuales repitió en no pocas ocasiones: el fin de la discriminación de la minoría húngara en el suroeste de Ucrania y el desbloqueo de los fondos de la UE para Hungría.

De paso, también miente sobre las declaraciones de la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova, que exigió “la retirada de las tropas ucranianas del [nuevo] territorio ruso”, cuyo significado real se inventó el medio occidental, sosteniendo que involucra “aceptar un gobierno en Kiev pro-Moscú”.

El asesor principal de la Oficina presidencial de Ucrania, Andriy Yermak, contó en Washington que “hay un gran riesgo” de que las Fuerzas Armadas de Ucrania “pierdan esta guerra”: es decir, que este estancamiento derive en una retirada de las tropas, con la consecuente pérdida de territorio.

Esta “derrota de Ucrania significaría un desastre estratégico para EE.UU. y sus aliados de la OTAN”, y “sería un golpe asombroso al prestigio y la credibilidad occidental, revelando que las promesas de apoyar a Ucrania ‘tanto tiempo como haga falta’ eran vacías”.

Irónicamente, el artículo termina opinando que la derrota de Occidente y del Gobierno de Zelensky “levantaría la cortina para una nueva era de agresión por Estados autoritarios sin controlar por las disminuidas democracias del mundo”.

Y decimos irónicamente, porque la actual se caracterizó por ser una era de agresión de Estados autoritarios como EE.UU., que llevaron a cabo decenas de invasiones y golpes de Estado contra otros países, además de apoyar a dictaduras y autocracias, siendo la más reciente la Ucrania post-Maidán, cuyos gobiernos han prohibido partidos políticos y medios de información opositores y han cometido un sinfín de crímenes y discriminaciones contra los rusohablantes, no solo en el Donbass, sino también contra los propios ucranianos que usen esta lengua.

(Tomado The Wahington Post)

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