Aniversario 60 de las Escuelas de Instrucción Revolucionaria

Recuerdo, con apenas siete años, que mis padres y otros valiosos compañeros, por orientación del distrito de los CDR, comenzaron la organización de un aula de Instrucción Revolucionaria en un local donde radicaba la zona 9, en la calle Jáuregui, en Matanzas.

Durante varios años acudieron como alumnos los presidentes y cederistas destacados que, noche a noche, a pesar del cansancio del día de trabajo, iban a descubrir lo que significaba el socialismo, en textos escritos por Ernesto Che Guevara y Blas Roca, con profesores que hablaban de la vida, sazonada por anécdotas que se compartían acerca de las tristezas del capitalismo, tan cercano todavía, con las marcas de su yunque de explotación sobre sus cuerpos y cómo la propuesta de Fidel y la Revolución era construir un mundo de justicia para todos.

Fui una de las estudiantes; sencillamente mis padres no tenían dónde dejarme a resguardo a esa hora y mientras los acompañaba, recibía ese caudal de conocimientos que signó mi existencia para siempre. Pienso que muchos niños tuvieron también esa experiencia. Este proyecto educativo se extendió y consolidó en el país, al extenderse las Escuelas de Instrucción Revolucionaria (EIR), cuyo 60 aniversario se celebra este dos de diciembre.

Los historiadores reseñan que su creación respondió al objetivo de elevar el nivel cultural de los cuadros políticos, combatientes y revolucionarios y con el devenir de los años se perfeccionaron hasta consolidarse en el Sistema de Escuelas del Partido.

Trasladándonos hacia esa década del 60, usando la nomenclatura de aquella época, en el discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro Ruz, primer secretario de la Dirección nacional de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) y primer ministro del Gobierno Revolucionario, al resumir la reunión con los directores de escuelas de Instrucción Revolucionaria, celebrada en el edificio de la Dirección nacional de las ORI, el 27 de junio de 1962, el líder de la sierra y el llano, expresó:

“En medio de una Revolución, de una Revolución verdadera como es esta, en medio de un cambio tan profundo, tan audaz, en medio de un conflicto de tal dimensión histórica como es el conflicto en que nosotros estamos enfrascados con la más poderosa fuerza reaccionaria del mundo, hay que estudiar, y hay que estudiar de verdad; y hay que adentrarse a fondo, y hay que sacar a relucir todas las armas y todas las fuerzas de la ciencia y de la verdad.

“Para orientarnos nosotros mismos, en primer lugar, y para saber orientar correctamente a nuestro pueblo, tenemos que aprender y tenemos que enseñar. Estudiar y enseñar, porque es vital y es decisivo para la Revolución, puesto que aquí se han enfrentado fuerzas históricas, intereses antagónicos e irreconciliables, en una lucha a muerte.

“Entonces no se puede ser irresponsable, no se puede ser superficial, no se puede echar a un lado el estudio, sino que hay que aferrarse a él, porque en él encontraremos nuestras mejores armas, en él encontraremos las más claras explicaciones y en él encontraremos la orientación que tenemos que darle a nuestro pueblo. Porque en el choque de estas fuerzas históricas chocan las ideologías y el enemigo se vale de sus mejores armas, el enemigo se vale de sus más sutiles mentiras, el enemigo se vale de toda la fuerza de la tradición, el enemigo se vale de la ignorancia, el enemigo se vale, en fin, de todos los recursos.

“Y los revolucionarios tenemos por eso que valernos de las mejores armas de la verdad, de los más claros razonamientos para las masas, y con el arma de la verdad, de la razón y de la pasión revolucionaria, enseñar a las masas y llevarlas victoriosamente hacia adelante.»

Son tan vigentes las palabras de Fidel que uno se estremece. La lucha contra el imperialismo continúa con renovada fuerza al emplearse medios informáticos antes ni soñados, pero si usted analiza profundo, siempre ha habido batallas que librar, porque el gobierno de Estados Unidos no ceja, y nosotros mucho menos en mantener esta Revolución, esculpida desde el corazón de millones de cubanos.