Fidel regresa siempre a Jagüey Grande

Este 25 de noviembre el pueblo cubano conmemorará cinco años de la partida física del eterno líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz. En este nuevo aniversario de se fallecimiento, los jagüeyenses  recuerdan las visitas realizadas al territorio, vinculadas esencialmente al Plan Citrícola asentado en esta región, al sur de Matanzas.

Y es que de las 16 visitas del líder histórico de la Revolución Cubana a Jagüey Grande después de 1959 once fueron por motivos citrícolas. Una de ellas, tal vez la más trascendental, ocurrió el 25 de junio de 1976.

Duque los recibió en el salón de reuniones e hizo una pormenorizada explicación del proyecto en curso y sus perspectivas. Recorrieron algunas plantaciones de la Granja 1 y la Escuela Secundaria Básica en El Campo (ESBEC) Primer Congreso.

Fidel, creador indiscutible del Plan Citrícola en Jagüey Grande 

La idea de Fidel de convertir a Jagüey en un emporio citrícola no era un hecho aislado, sino la consecución de otros proyectos similares emprendidos desde 1964 en todo el país, como expresión del Programa de Desarrollo Integral de Cítricos y Frutales. Este proyecto también contempló la educación de las futuras generaciones de jóvenes en el principio martiano y marxista de combinar el estudio con el trabajo, y la presencia de más de 30 mil estudiantes de nivel medio y medio superior que, junto a sus profesores, aportaron una buena parte de la mano de obra inicial.

A mediados del mes de mayo de 1967, tras un recorrido del compañero Fidel con el comandante Félix Duque Guelmes y otros funcionarios del INRA por áreas citrícolas de campesinos, Fidel le dijo a Duque: “Aquí tienes combate de nuevo para largo rato”. El 14 de junio de 1967 marca la fecha oficial de que inicialmente se llamó Plan Cítricos-Café. Aquel mismo día Duque se instaló en la entonces Agrupación Agropecuaria del INRA, sita en la calle Reyes No. 101, actualmente la Dirección Municipal de Salud; y ese mismo día, conformó su Consejo de Dirección.

Duque, fiel discípulo de Fidel, fue un celoso e intransigente cumplidor de sus instrucciones, de aplicar consecuentemente los avances científicos y tecnológicos. Fue capaz de contagiar con su optimismo tan peculiar a un amplio grupo de magníficos profesionales, investigadores, ingenieros y técnicos de distintos lugares del país, para materializar la obra del Comandante en Jefe. Estos hombres y mujeres que se trasladaron a Jagüey lo dejaban todo, venían por un ideal, por hacer realidad un sueño, ya habían constituido familias, escrito libros y ahora comenzaban a sembrar árboles y a producir cítricos.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

9 + 1 =