¿Por qué Gail Walker fue arrestada después de intentar reunirse con Bobo Menéndez?

¿Qué de bueno podrá quedar estampado en la consciencia de un político norteamericano que por años ha tratado la situación de Cuba como si fuera el papel higiénico que utiliza para soplarse la nariz y lanzarlo a la basura?

Robert (Bob) Menéndez, Senador de los Estados Unidos, responsable de la política exterior de la instancia, es un tipo que aparte de mostrarse como paladín —hacia afuera de la Unión— de la libertad, los derechos humanos y la democracia según sea la intencionalidad política del momento, resulta valioso en el rol de almohadón de diván para los pejes de mayor calado que pululan en el lobby cubano-americano.

Los grandes empresarios que aún luchan sus propiedades en Cuba —desde 1960– tienen en su persona garantizada la platea del Partido Demócrata.

Siendo de esta forma, Marcos Rubio es para los defenestrados por la Revolución dentro del partido Republicano (Comité de Inteligencia), lo que es Bob en el partido Demócrata (hoy uno de los principales opositores de Biden para seguir la línea de Obama).

Es aquí la relación de equilibrio que balancean muy bien María Elvira Zalazar y otros maneados de buena montura que ponen el lomo para que galopen los lobbistas, verdaderos artífices de las penurias del pueblo cubano debido al fuerte freno que ofrecen ante cualquier intento de “deshielo”.

Hay algo que debemos saber ante de seguir avanzando en la lectura: del lobby cubano salen las mayores partidas de financiamiento para los políticos cubanoamericanos en tiempos de elecciones o para meter en el congreso y senado esas leyes que intentan asfixiarnos.

Hagamos un poco de historia.

¿Cuando hablamos de la casta lobbysta a qué nos referimos?

“El lobby cubanoamericano está formado por los diversos grupos de exiliados cubanos en Estados Unidos y sus descendientes que históricamente han influido en la política de Estados Unidos hacia Cuba.”.

“El lobby cubanoamericano fue formado por cubanos exiliados durante las oleadas migratorias a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. En la década de 1960, muchos cubanos abandonaron la isla por temor a las reformas revolucionarias.

Esencialmente eran empresarios ricos y partidarios de la dictadura de Fulgencio Batista”.

Muchos exiliados siguieron a familiares y amigos a los Estados Unidos y construyeron una «segunda Habana» en Miami, aunque la concentración de cubanos [de poder] en Miami se fue diluyendo en gran medida por la afluencia de inmigrantes de otros países latinoamericanos y las últimas oleadas de cubanos, quienes han llegado para «poner malo aquello».

El lobby cubanoamericano es anticastrista y anticanelista. Reconoce al gobierno cubano como represivo, aunque se ha vuelto “más moderado” desde finales de la década del 90’’. Sin embargo, las organizaciones y los políticos más influyentes dentro del sector político del lobby siguen siendo conservadores.

Abogan por el mantenimiento del bloqueo recrudecido, una especie de resentimiento y frustración determina la posición de odio y fuerza.

En general sus miembros aducen que debería levantarse el bloqueo si Cuba avanza hacia la democratización y un mayor respeto por los derechos humanos; si avanza hacia una economía más capitalista y en la privatización económica.

La organización más notable con este punto de vista fue la Fundación Nacional Cubano Americana, hoy diluida en el complejo escenario de la emigración, la cual sigue funcionando como una especie de cofradía o club económico poderoso.

Organizaciones menos influyentes abogan por una flexibilización o levantamiento del embargo antes o independientemente de que Cuba cambie su estructura y políticas gubernamentales.

Los círculos académicos dentro del lobby, aunque no son monolíticos en opinión, generalmente creen que Estados Unidos y Cuba deberían intercambiar más fácilmente información y avances científicos.

Otras organizaciones dentro del ala intelectual del lobby cubano abogan por los viajes como un derecho humano y han afectado el cambio en las políticas de viajes de Estados Unidos hacia Cuba.

La verdadera influencia política del lobby cubano

En la década de 1980, la mayoría de los grupos de interés de los exiliados solo estaban activos en el sur de Florida. Estaban divididos y su voz mal organizada. El lobby se hizo poderoso después que las principales organizaciones se comprometieran a cambiar el funcionamiento interno del gobierno cubano, ya que los poderes dentro del gobierno de Estados Unidos compartían el mismo objetivo.

La administración Reagan apoyó firmemente a la Fundación Nacional Cubano Americana (CANF), que se formó el mes en que el presidente asumió el cargo. El lobby construyó vínculos institucionales con la administración a través de la similitud ideológica, dando a los grupos conservadores cubanoamericanos una influencia cada vez mayor y un acceso cada vez más temprano a la información durante la citada década.

Las organizaciones dentro del lobby han afectado la política pública al colaborar indistintamente con legisladores republicanos y demócratas, especie de culipandeo conveniente, a través del cual Cuba constituye moneda de cambio en los procesos electorales y los empresarios más influeyentes garantizan beneficios políticos y las subsiguientes tajadas económicas.

Una de las colaboraciones más notables ocurrió en 1992 entre la Fundación Nacional Cubano Americana y el demócrata Robert Torricelli. Torricelli, cuyas opiniones liberales sobre el bloqueo caracterizaron su carrera temprana, buscó fondos de campaña electoral de la CANF. Adoptó una postura más fuerte contra la Revolución, pro-embargo, aseguró los fondos de la CANF y fue reelegido al Congreso. Torricelli posteriormente patrocinó la Ley de Democracia Cubana, a menudo referida como la Ley Torricelli, que fue promulgada por Bill Clinton en 1992.

La influencia del lobby conservador se desvaneció cuando Jorge Mas Canosa, fundador de la Fundación Nacional Cubano Americana, murió en 1997. El caso de la custodia fracasada de Elián González que duró de noviembre de 1999 a junio de 2000 afectó el prestigio de estos grupos.

Aunque sigue siendo influyente, el lobby de Cuba parece estar debilitándose debido a las opiniones disidentes dentro de los grupos. Según algunos analistas es probable que los cubanoamericanos más jóvenes —tercera generación— sean de mente abierta con respecto a las relaciones entre los dos países y al levantamiento del embargo.

A modo de conclusión

El lobby cubano es considerado una fuerza poderosa detrás de la creación de Radio y TV Martí y la Ley Helms-Burton, que dificultó el levantamiento del embargo a Cuba.

Está compuesto por una diversa gama de personalidades e instituciones no gubernamentales y ha estado muy activo en la política de Estados Unidos, insertando sus intereses en la agenda nacional y ocupando posiciones en instituciones.

Debido a su concentración en Florida, un estado con peso decisivo en las elecciones, el lobby cubano tiene una influencia significativa en la determinación de la política de Estados Unidos hacia Cuba. Esto se refleja en el hecho de que hay 11 legisladores cubanoamericanos en el Congreso actual, mientras que solo hay 15 legisladores de origen mexicano, a pesar de que la comunidad mexicana es mucho más grande en los Estados Unidos.

Los cubanoamericanos consideran la normalización con Cuba como un tema esencial y es más probable que voten en contra de los políticos que la apoyan. Esto crea claros incentivos para que los políticos se opongan a la normalización, a pesar de que la mayoría de los estadounidenses la apoyan.

Groso modo, podemos comprender por qué Gail fue a ver a Bob y salió presa. Gail conoce de estos manejos y sabe que la llave maestra para eliminar el bloqueo genocida y desleal es Bob.

Hay mucho poder detrás de los manejos políticos respectó a #Cuba. Lo demás es paja de arroz.

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Materiales de consulta obligada para entender el fenómeno. En este material aparecen ideas claras de cómo los políticos norteamericanos utilizan a Cuba como moneda de cambio para escalar y asirse al poder de La Florida y la Unión.

“El mandatario (Busch hijo), como su padre, elimina las modestas medidas de acercamiento de Clinton, con el fin de ayudar a su hermano Jeb Bush, quien estaba en campaña para gobernador de la Florida. El mandatario también nombra a varios cubanoamericanos a puestos de importancia intermedia en el gobierno, y, por último, crea una comisión llamada Commission for Assistance to a Free Cuba, que recuerda a la notoria Enmienda Platt, donde un grupo de “expertos” definiría cómo sería la “transición” en Cuba, incluyendo la forma que debía tener su nuevo gobierno, para ser aceptable a los EE.UU.

La iniciativa anticastrista ahora se había desplazado casi totalmente al Congreso. Los cubanoamericanos añaden dos congresistas y por un tiempo dos senadores, todos de extrema derecha en cuanto a Cuba, y se convierte en un bloque de política dura hacia la isla, cuya principal atención, más que para cambiar el sistema en la isla, meta con escasa factibilidad, para cultivar el voto de derecha cubanoamericano en el sur de la Florida, utilizando el tema Cuba para movilizarlo”.

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