Este 10 de enero se cumplen 94 años del asesinato del líder estudiantil y político Julio Antonio Mella, una de las figuras cumbres del pensamiento cubano a inicios del siglo XX.
El máximo líder de la Revolución Cubana Fidel Castro hizo referencia a la trascendencia de la vida y la obra de Julio Antonio Mella, de manera muy especial, al hablar en el acto efectuado en La Habana el 22 de agosto de 1975, en ocasión de conmemorarse el aniversario 50 de la creación del primer partido marxista leninista de Cuba, del cual Mella fue uno de sus fundadores.
Fidel señaló al respecto: “Mella se ve obligado a abandonar el país meses después de su histórica huelga de hambre. Pero su extraordinaria personalidad, sus ideas y su combatividad atemorizaban demasiado al imperialismo yanqui, a la oligarquía al servicio de ese imperialismo y a la tiranía machadista; no pararon hasta instrumentar la conjura que culminó en el cobarde asesinato del 10 de enero de 1929. Troncharon aquel talento extraordinario, aquella vida fecunda, en la flor de su existencia.”
Era la noche del 10 de enero de 1929 y Mella caminaba por una calle de la ciudad de México con su compañera, Tina Modotti, cuando sus asesinos lo liquidaron a balazos, por la espalda como él había vaticinado.
“No le tengo ni un ápice de miedo a la muerte, lo único que siento es que me van a asesinar por la espalda”, declaró Mella antes de salir de Cuba al exilio anticipando lo que el dictador cubano, Gerardo Machado, ordenaría a sus sicarios en enero de 1929 para cortar su fecunda vida.
A pesar de su juventud, Mella protagonizó importantes momentos de la historia de Cuba. Fue uno de los fundadores de la Federación de Estudiantes Universitarios el 20 de diciembre de 1922. En 1923 organiza y dirige el Primer Congreso Nacional de Estudiantes, y en noviembre crea la Universidad Popular José Martí, con el propósito de impartir instrucción política y académica a los trabajadores y de vincular la Universidad con las necesidades de los oprimidos.
Mella fue director y redactor de la revista Juventud, fundador de la Liga Anticlerical y de la sección cubana de la Liga Antiimperialista de Cuba junto a Carlos Baliño.
Con 22 años, fundó junto a Baliño el Partido Comunista de Cuba, siendo su primer secretario de organización. En 1926 fue expulsado de la Universidad de la Habana por sus acciones revolucionarias y de rebeldía, siendo además detenido por las autoridades, en la cárcel se declara en huelga de hambre indefinida.
Julio Antonio Mella se exilia en México y se vincula al movimiento revolucionario continental e internacional, del que es nombrado secretario general. En febrero de 1927, asiste al Congreso Mundial contra la opresión colonial y el imperialismo, celebrado en Bruselas.
En 1928 conoció en México a la fotógrafa y luchadora revolucionaria italiana, Tina Modotti, con quien mantuvo una intensa relación amorosa que solo duró cuatro meses al ser él asesinado.
Las cenizas de Mella fueron trasladadas a La Habana el 29 de septiembre de 1933. En 1975 fueron depositadas en el Aula Magna de la Universidad de La Habana y el 10 de enero de 1976 resultaron trasladadas hacia el Monumento erigido en su memoria frente a la escalinata universitaria.
Además del monumento de 16 metros de altura en este lugar también hay un busto de Julio Antonio Mella y una tarja en la que se refleja su confianza en el desarrollo de la historia de la humanidad a través de la siguiente frase expresada por él:
“Luchar por la revolución socialista en la América no es una utopía de locos o fanáticos, es luchar por el próximo paso de avance de la historia.”