El arte de reparar el tiempo (+ fotos y audios)

 

Se puede viajar a lugares donde se reconstruye el pasado. Visitar paisajes interiores acunados en vetustas máquinas. Y mecer así la memoria, historias renovadas a merced del turno implacable de los segunderos. Una facultad bajo jurisdicción, tan sólo, de un puñado de personas. Para sellar el pasaporte del tiempo, pregunte a los relojeros.

Reinaldo González Rangel es un joven matancero apasionado por el arte de reparar relojes antiquísimos. Su pasión le corre por las venas y tiene como referente al eterno Eusebio Leal Espengler. Llega a Jagüey Grande convocado por las autoridades del municipio para devolverle la vida al antiguo reloj del Ayuntamiento, detenido por más de una década. Igualmente restaurará el reloj de la escuela Lázaro González.

Reinaldo González Rangel  camina entre manecillas, pesos, péndulos, ruedas y maquinarias complejas e inverosímiles que son puras obras de minuciosa ingeniería. Con una facultad: modificar las horas, parar los segundos, inventar los minutos. Con el poder de darle vida al tiempo.

La historia y los relojes de Jagüey Grande

La fecha fundacional del poblado de Jagüey Grande data del 25 de junio de 1857; fecha que cada año constituye una celebración en la localidad. Este año, a pesar de la incidencia de la Covid 19, la celebración del 164 aniversario ha sido diferente. Una de las acciones realizadas para agasajar la fecha es la restauración del reloj de la casa de gobierno y el de la escuela Lázaro González. Aunque aún no se encuentran totalmente listos  el historiador de Jagüey Grande, Humberto Rodríguez Hernández comentó los detalles históricos de ambos relojes.

El reloj de la Casa de Gobierno tiene sus orígenes precisamente cuando se construye el inmueble, en los años 1926 y 1927. La fecha de inauguración de la actual sede de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Jagüey Grande fue en febrero de 1927 y desde entonces se convirtió en un símbolo del poblado. Tal es así, que el poeta Agustín Acosta, que estuvo en Jagüey Grande desde 1918 hasta 1933, escribió el poema titulado Un pueblo, donde menciona reiteradamente en sus versos “el reloj del Ayuntamiento…”.

Hace más de diez años el reloj de la casa de gobierno en Jagüey Grande se detuvo ante el paso implacable del tiempo. Ahora, con motivo del 164 aniversario de la fundación del poblado, el 25 de junio, se labora para devolver las campanadas del reloj a la memoria histórica de los jagüeyenses. El estado en que se encontraba el reloj era bastante precario, pero con la colaboración de la oficina del historiador de Matanzas y el restaurador Reinaldo González Rangel, se le dan los últimos retoques. En el proyecto también colabora un instructor de arte de la Casa de Cultura Rolando Tomás Escardó.

Las labores de restauración también incluyen al reloj de la escuela Lázaro González, otrora escuela pública Tomás Estrada Palma. En 1908 se construyó un edificio más apegado a la arquitectura norteamericana y en los años 30 se transforma el edificio al estilo Art Decó que hoy luce;  y el mismo reloj se mantuvo.

Indiscutiblemente, resulta extraordinario que nuestros relojes vuelvan a ser parte cotidiana de la población jagüeyense. Con estas acciones se rescatarán las señales sonoras y visuales que ambos relojes han transmitido a lo largo de muchas generaciones.

 

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