
La celda electroquímica posee una membrana cuya estructura cristalina contiene agujeros suficientemente anchos para permitir que los iones de litio pasen mientras bloquean los iones metálicos más grandes.
‘En cada uno de esos aposentos existen tres sectores, donde el agua de mar fluye hacia una cámara de alimentación e iones de litio positivos pasan por la membrana hacia una división lateral que contiene una solución capaz de bloquear la salida y un cátodo de cobre recubierto con platino y rutenio’, explicaron los expertos.
Luego, los iones negativos salen de la cámara de alimentación a través de una membrana de intercambio aniónico estándar, pasando a un tercer compartimento en el que se encuentra una solución de cloruro de sodio y un ánodo de platino-rutenio para completar el proceso.
El estudio, publicado en la revista Energy & Environmental Science, detalla que ‘a un voltaje de 3.25V, la celda genera gas hidrógeno en el cátodo y gas cloro en el ánodo.
Con eso se impulsa el transporte de litio a través de la membrana cerámica, donde se acumula en la cámara lateral.
‘Dicha agua enriquecida con litio se convierte en la materia prima para cuatro ciclos más de procesamiento y al ajustar el pH de la solución, consiguen fosfato de litio sólido que contiene trazas de otros iones metálicos, lo suficientemente puro como para cumplir con los requisitos de los fabricantes de baterías’, puntualizaron los especialistas.
Resaltaron, además que la celda necesitaría solo cinco dólares de electricidad para extraer un kilogramo de litio del agua de mar.
Asimismo, el valor del hidrógeno y el cloro producido por el dispositivo compensaría el costo; y el agua de mar residual podría usarse en plantas de desalinización.
De acuerdo con la indagación, el océano contiene alrededor de cinco mil veces más de litio que la Tierra.

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