Tomas el álbum de fotografías de los años 2000, cuando papá y mamá eran felices. Cuando tú, aún dormías en brazos. Solo hacen 24 años atrás. Puras matemáticas. Miras el espejo, te abrazas, pero no te ves. Supones que la oscuridad viene más dentro de ti, que del entorno. No hay ruido, hace un silencio esclavo. Alumbras las primeras fotos de tu nacimiento; en el espacio innecesario, no queda más que recordar los buenos tiempos.
Papá y mamá, sentados en el sillón del portal derrumbado hace ya tantos años, donde ya no recuerdas las tardes de balón con los amigos del barrio. Ellos tampoco están, han emigrado, alzado su vuelo a destinos oportunos, pero a tierras, que nunca jamás, llegarán a ser suyas. Pasas la página, miras a René y a Pablo, los niños gemelos, tan pequeños, tan gorditos, tan felices. René, graduado de ingeniero industrial, su título lo guardó en la gaveta y hace ya un año que trabaja en una cafetería. Pablo sigue en esa cama de hospital, luchando contra el cáncer.
Pasas la página. El álbum parece más pequeño, lástima que los recuerdos sean tan grandes. El álbum de fotos nada pesa, pero a ti, te pesan los años que cuenta. Más vidas, que las que has vivido en tu niñez, en tu adolescencia, y ahora de adulto, bajo la oscura luz, observas. Para matar el tiempo; porque acá el tiempo te mata.
Pasas la página. Miras a Pipo, con sus ochenta años, recién cumplidos, aquella noche de estrés le provocó un infarto, sus ojos grises ya no se cuelan por la ventana de la casa para mirar la calle -para entretenerme en algo-.
El álbum de fotos parece una mentira. Rosa, la vecina que trabaja en la bodega, está justo al lado, regalándote un helado. Rosa, con
su salario de jubilada no puede gastar dinero comprando un helado.
Página 11. Miras a Roberto, el viejo del barrio, ese que contaba chistes estando hasta cansado; Roberto ya no sale de casa, la depresión le ataca y le gana. Y Julia, la chica guapa, a tan temprana edad decidió marcharse a Varadero, dicen que le va bien, que es un trabajo raro, pero le da para comer. Julia nunca sabrá que la amas. Una lágrima corre en tu mejilla, la oscuridad se puso nostálgica, no son las fotos, son los futuros que cargaban.
Cierras el álbum. Maldices la luz de la linterna. ¡Mamá, papá! caminas a la sala. Llegó la corriente.

Emisora municipal de radio radicada en Jagüey Grande, Matanzas, Cuba la que trasmite por las frecuencias 93.7 Mhz y 95.3 Mzh de la FM, con audio real en Internet y 12 horas diarias de programación variada