De la pluma como una extensión de su cuerpo, como una necesidad imperiosa de transcribir el pensar con letras; este hombre hizo magia con la tinta y la historia le abraza sus palabras. La figura de José Martí luego de tantos años de estudiada, continúa como un enigma al que acudes y te revela pinceladas gloriosas.
Desde joven mostró un avanzado pensamiento político que superó las concepciones revolucionarias precedentes en Cuba. Destacado representante de la literatura hispanoamericana y el periodista más leído de su tiempo, aún cuando no existían las comunicaciones y las tecnologías de la actualidad.
Martí constituyó el principal exponente de la literatura cubana como precursor del modernismo. Destacó por su estilo sencillo y fluido, y por sus imágenes personales e intensas.
Casi niño, a los 16 años de edad, un año después del comienzo de la guerra de los Diez Años, recibió condena a trabajos forzados por su apoyo a los independentistas cubanos.
En 1871, debido a su delicado estado de salud, fue deportado a España. En ese país publicó “El presidio político en Cuba” , el primero de sus numerosos escritos en defensa de la independencia cubana del dominio español, y, al mismo tiempo, completó sus estudios en la Universidad de Zaragoza, licenciándose en Derecho y Filosofía y Letras en 1874.
Escribió en una variedad de géneros: poesía, ensayo, teatro, narrativa y periodismo. Su obra literaria está impregnada de su ideología humanista, su amor por la patria y su creencia en el poder transformador de la educación y la cultura.
Maestro en la práctica; conoció, amó y defendió a la que llamó Nuestra América, fue traductor de varias lenguas y diplomático. Cronista de su época, del pasado y anunciador del futuro.
Su prosa ocupa el mayor espacio de su escritura y, por su novedad y riqueza mantenida, constituye el testimonio primordial de su grandeza literaria. Sobre él, Guillermo Díaz expresó: “el primer creador de prosa que ha tenido el mundo hispano”.
En 1880 fijó su residencia habitual en la ciudad estadounidense de Nueva York, donde en 1892 fundó el Partido Revolucionario Cubano (PRC).
La sed de justicia y el amor a los hombres lo llevaron al poema empinado y rebelde de los “Versos libres” . Estos fueron escritos entre los 25 y los 30 años, traducen el ímpetu vehemente de una juventud batida por todos los vientos. Mostró su íntima y clara ternura en “Ismaelillo”, libro de poemas dedicado a su hijo. Escribió además, “La Edad de Oro”, clásico de la literatura infantil en el mundo hispano.
Tras el inicio de la Guerra de los Diez Años (1868-1878), comenzó su actividad revolucionaria. Primero publicó la gacetilla “El Diablo Cojuelo” y, poco después, la revista “La Patria Libre” en la que publicó su poema dramático “Abdala“.
El descubrimiento crítico de realidades y problemas sociales, políticos , económicos y culturales de los países de América Latina, así como las potenciales amenazas (como la creciente agresividad norteamericana y los conflictos políticos internos) le permitió corroborar la necesidad de identificar y consolidar la identidad y autonomía latinoamericana y caribeña, iniciando la forja de su concepto de Nuestra América.
El inicio del desarrollo de sus ideas estéticas, quedó plasmado en sus colaboraciones en La Revista Universal de Política, Literatura y Comercio.
Poco tiempo después, colaboró con El Socialista, órgano del Gran Círculo Obrero de México y, al final de su estancia en el país, publicó varios trabajos en el periódico político El Federalista, donde criticó la dictadura porfirista y alertó de una invasión de los Estados Unidos por la insurrección de Porfirio Díaz. En abril de 1877 partió a Guatemala, donde abordó con mayor amplitud los problemas de la entidad latinoamericana y asumió como un concepto propio las denominaciones “Nuestra América” y “Madre América”, las cuales aparecieron por vez primera en sus escritos en México.
El 26 de noviembre de 1891, en el Liceo Cubano de Tampa, pronunció uno de sus más importantes discursos, con el que supo levantar las almas y en el que expuso con severidad: “yo quiero que la ley primera de Nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”.
En 1892 redactó las Bases y los Estatutos del Partido Revolucionario Cubano (PRC) y el 14 de marzo de ese mismo año fundó el periódico Patria, como órgano oficial del Partido. Asimismo, desde los Estados Unidos envió artículos y crónicas a diversos medios impresos de otros países, como La Opinión Nacional, y El Partido Liberal, de México. En 1894 Martí y sus partidarios comenzaron a preparar un alzamiento en Cuba que daría lugar a la Guerra de Independencia (1895-1898).
Un día antes de su muerte; el 18 de mayo, escribió una carta a su amigo mexicano Manuel Mercado reafirmando sus ideas y siendo consciente del precio que pagaría por ellas: “ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para ello.
Más adelante, sentenció: “la anexión de los pueblos de Nuestra América, al norte revuelto y brutal que los desprecia”, “viví en el monstruo y le conozco las entrañas, y mi onda es la de David ”.
La poderosa fuerza creadora de Martí le condujeron a los campos poéticos más variados y diversos, opuestos y contrarios a veces. La singularidad de la obra martiana ejerce magnética atracción sobre talentosos hombres de letras y dirigentes revolucionarios de las generaciones que le sucedieron, y hoy, en Cuba revolucionaria y socialista, es parte de la doctrina que a todos anima en la fundación de la nueva sociedad.
(Por: Yadaina Ramos Alonso, estudiante de Periodismo)
Lea también: Iniciará proceso de pre matrícula Centro Universitario de Jagüey Grande

Emisora municipal de radio radicada en Jagüey Grande, Matanzas, Cuba la que trasmite por las frecuencias 93.7 Mhz y 95.3 Mzh de la FM, con audio real en Internet y 12 horas diarias de programación variada