En estos días basta con abrir el celular, entrar a Instagram, a Facebook o incluso a los estados de WhatsApp, para encontrar un mismo gesto colectivo: fotos polaroid que comparten millones de personas junto a alguien que extrañan, o con un artista famoso que les guste.
La imagen no es nueva, pero el efecto se multiplica gracias al algoritmo. Un marco blanco, un instante algo borroso, una dedicatoria corta: es el molde que se repite. Lo curioso es cómo en la era de lo inmediato, donde lo digital parece fagocitarlo todo, emergen estas estampas retro como si fueran cápsulas de memoria.
En esas polaroid aparece un abuelo que ya no está, un amor que emigró, la silueta de un ídolo de la música o del cine que sigue latiendo en el recuerdo. La moda virtual convierte la nostalgia en tendencia viral y da la sensación de que, por un momento, millones de personas lloran y sonríen en un mismo idioma: el de la ausencia.
Las redes sociales, pensadas para la interacción en presente, hospedan de pronto un ritual íntimo de duelo y homenaje. Cada polaroid publicada es una puerta a la confidencia, un modo de decir “te extraño” sin necesidad de explicarlo más. Y aunque solo dure lo que tarda en bajar la próxima actualización del feed, queda flotando la certeza de que la memoria, en el tiempo acelerado de internet, también encuentra su manera de hacerse espacio. Por: Yadaina Ramos

Emisora municipal de radio radicada en Jagüey Grande, Matanzas, Cuba la que trasmite por las frecuencias 93.7 Mhz y 95.3 Mzh de la FM, con audio real en Internet y 12 horas diarias de programación variada