Una de las deudas que me quedaban de mi paso por el programa Al mediodía era conversar, más reposado, fuera de la dinámica de un espacio diario, con esta conductora que, en poco tiempo, se ha ganado el respeto de muchos: la Baby de Al mediodía.
¿Qué significa ser una de las conductoras más populares del país?
«Ante todo no lo siento así, como tal. Creo que siempre recibo más de lo que esperaba merecer en esta etapa de la carrera, en cuanto al cariño y la sintonía del público.
Creo que salir diariamente en un espacio de televisión de tanto alcance como es Al mediodía y desde un canal principal en el país como es Cubavisión me ha permitido entrar en los hogares sin pedir mucho permiso y eso me ha devuelto mucha alegría. El público siempre ha sido muy educado y cariñoso conmigo y creo que lo único que me lleva un tanto fuerte es perder un poco la privacidad. Donde quiera que estoy lo puedo olvidar por minutos, pero de inmediato alguien me recuerda la trascendencia y o influencia que puede tener mi presencia en cualquier sitio. De pronto nos convertimos en líderes de opinión y eso a veces me lleva recio como persona porque definitivamente es una gran responsabilidad personal y social.»
Un espacio como Al mediodía te abre todas las puertas para darte a conocer. ¿Has tenido que sacrificar algún otro empeño al apostar por él?
«Estar solo en Al mediodía lleva el compromiso que a veces muchas personas —dígase sobre todo directores de espacios de televisión— me asocian, me encasillan en este programa y cuando están buscando para otro programa, generalmente, no piensan en mí, sino en otros rostros, en personas que no estén viciadas o “quemadas en pantalla”, tal y como se dice en el argot de trabajo. Eso a veces me deja con el deseo y digo: “Si, pudiera encontrar otro proyecto donde explotar y explorar nuevas aristas de trabajo”; pero con todo y eso, realmente soy muy afortunada porque he podido diversificar labores, o sea, he trabajado en espacios musicales, informativos, alternando con Al mediodía; sé que pesa ese diario en un mismo espacio, no obstante el compromiso con ese público es lo suficientemente fuerte para asumirlo, sin dejar de soñar a la par en otras propuestas.»
¿Cuánto sigues necesitando de la radio para crecer en la televisión?
«La radio es mi gran casa. Es el lugar donde comencé, en Radio Rebelde, transité por Enciclopedia, Radio Reloj donde hice prácticas. En Radio Progreso me presenté a pruebas y siempre fue una experiencia muy linda. Tuve ahí las puertas abiertas, también en Radio Ciudad de La Habana y Metropolitana, Taino. Las vivencias resultaron muy provechosas y alentadoras. Ellas fueron mis pininos y por eso conservo ese vínculo. Trato de mantenerme en la radio, actualmente mi voz en Rebelde se mantiene en varias promociones y menciones de la emisora y en el tema de El día posible, programa que escribe y dirige el periodista Machado Conte, quien ha tenido conmigo siempre mucha fidelidad, para esperar, incluso, que terminara mi maternidad para que retornara y continuara en el espacio. Eso me permitió seguir siendo parte de la familia de Radio Rebelde.
Por tanto, es una necesidad que tengo de estar allí; de formar parte de ello y de ser recíproca con toda la confianza que han tenido en mí pues fue la primera emisora que me abrió sus puertas cuando esta niñita llegaba con su “colita”, sus caseticos y aquellos deseos inmensos de hacer locución. Cierto es que ya venía habilitada desde Camagüey, pero llegar a la capital y poder seguir andando ese camino fue un regalo que me concedió Radio Rebelde. Por eso le estoy sumamente agradecida.»
¿Has pensado alguna vez en la dirección de televisión? ¿Apostarías también por ello?
«No he pensado en ello como tal, seriamente. En algún momento, cuando hacía un programa del Canal Educativo —La otra mirada— la directora y la asesora del espacio me aconsejaron que no debía quedarme solo como locutora, que debía pensar en la dirección, que soñara en grande pero las dinámicas actuales de la televisión me agotan y creo que enfrascarme en algo mayor me llevaría mucho tiempo.
Actualmente, puedo dirigir cosas que tienen que ver con mis trabajos individuales, personales que no tienen que ver con la radio y la televisión y siento que es un esfuerzo grandísimo, por eso es que a partir del respeto que le profeso a esa especialidad me he mantenido un tanto al margen y me he concentrado en ser dirigida y asumir espacios como presentadora y conductora.
Sí, creo que podría ser interesante la dirección, creo que me daría otras herramientas pues tuve la suerte de hacer mi maestría en realización audiovisual, en la facultad de radio y televisión de la FAMCA y si bien matriculé por la radio, el curso me entregó herramientas para explorar en espacios de la televisión y todo ello me dejó un sabor muy agradable, con proyectos que ojalá no queden engavetados y quién sabe si pueda poner alguna vez en práctica. Yo creo que siempre es óptimo soñar, sentarse a replantearse cosas y salir de la zona de confort; es un desafío y vale la pena no cerrar esa puerta; sino mantenerla abierta como posibilidad y perspectiva de trabajo futuros.»
Detrás de un rostro bello, ¿cómo hacer prevalecer el talento?
«La belleza y el talento, esa gran batalla creo que la tengo desde el inicio. En un espacio como Sitio del arte donde tuve la oportunidad de permanecer muchos años asumiendo la sección de la crítica, junto a la periodista Julia Mirabal, me desarrollé como tal periodista y en una oportunidad el gran Rufo Caballero me dijo: “Qué bueno que no solo eres una cara bonita; sino una persona inteligente”. Aquello me estremeció. Desde entonces me di cuenta que la idea era decir algo sólido, con sinceridad, conocimiento y empatía. Tuve real conciencia de que la belleza es efímera y por eso hay que cultivar más otros aspectos.
Es muy importante la presencia, solo que esta tiene que estar respaldada por el estudio, la investigación, la cultura y la sensibilidad. Ser atractivo implica mucho más que una figura perfecta porque lo que queda con el tiempo es esa semillita que siembras al decir algo valedero, las maneras que utilizas para llegar al público, el sello que te identifica, la manera que tienes de hacerlo y ojalá yo no lo perdiera de vista.
En lo personal, me considero un poco telegénica, no obstante, lo que busco es decir algo, aspiro a que la persona se quede con la verdad de lo que digo. Por eso desearía ofrecer la presencia de la mujer cubana, joven o menos, que trabaja, tiene familia, preocupaciones, sueños, que tal vez un día esté más bonita que otro, más arreglada o tal vez menos, pero siempre natural.»
De lo logrado hasta hoy ¿hacia dónde sientes deben encaminarse tus pasos?
«Necesito salir de mi zona de confort que es así como silenciosa, como si todo pasara en la burbuja televisiva y romper un poco con eso, gracias por el impulso de productoras grandes como La Familia cubana u otros espacios de publicidad y salir con nuevas aristas en las redes sociales para acercarme a ese público que nos ve en la televisión; nos sigue en la radio y también tiene acceso a las plataformas digitales. Por ahí andan mis pasos: generar contenidos divertidos, atractivos y que transmitan, de ahí viene mi trabajo en mi canal Baby en YouTube para acercar al público a figuras que para mí tienen un valor fundamental en diversos órdenes de la vida social y donde tengan un espacio fundamental las mujeres.
Trato de invitar a personas de muchos sectores y diferentes áreas creativas, pero trato de tener en mi lista de propuestas un mayor número de mujeres porque siento que la voz nuestra tiene que seguir sonando y juntas siento que podemos más. Por eso en mi lista de propuestas, ellas tienen prioridad, sin lugar a dudas.»
¿En qué momento de tu carrera sientes que estás?
«Siento que estoy en un momento en el que puedo hacer muchas más cosas, que es la oportunidad de que si estoy quieta; preocuparme porque la idea es hacer, hacer, hacer… y darle voz a esas Baby que habitan dentro de mí esperando ser escuchadas o entendidas o conocidas. Esos yo que me acompañan y la gente también puede conocer. Una Baby que diariamente se sube al escenario de Al mediodía con sus preocupaciones y sueños, pero está ahí, que explora ahora en los espacios digitales para decir y visibilizar la labor de otros creadores.
Si me detuviera, no sería una buena señal. Creo, como me ha enseñado mi esposo, que en los momentos que más cansado te sientes es cuando estás llegando, entonces no te puedes cansar. Y creo que estoy en ese momento de mi carrera y no me debo cansar.»
Y así en medio de este tránsito por la vida en que la familia es esencial para esta carismática locutora, con una abuela inseparable que todos los días le muestra motivos por los que vale la pena luchar, esta mamá de Maikelito se propone seguir formando parte de muchas casas cubanas.
El empeño ha sido grande para Baby, locuaz conversadora que aprendió a hacer las cosas lo mejor posible y la vida le demostró que es el único modo de ser verdaderamente feliz.
