Nuestra resistencia

Si mañana el gobierno de Estados Unidos regresa a una política de acercamiento y diálogo constructivo con Cuba, debe tenerse en cuenta que fue gracias a nuestra resistencia.

No a la “benevolencia” del agresor.

El agresor, en el colmo de la deshonra, vio en una pandemia una herramienta para “acabar el trabajo”. Violando cualquier lógica y ética de humanidad.

Negociar con Cuba, será también nuestra victoria.

Estar vivos es nuestra carísima victoria, que habremos pagado con toneladas de sufrimientos y carencias; pero vivos. Con los muertos no se negocia.

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