Como parte de las actividades que se realizan en el poblado de Agramonte durante la Jornada de la Cultura, se desarrolló el habitual espacio Memorias Agramontinas, presentado por el historiador del municipio Humberto Rodríguez Hernández.
En esta ocasión, el tema central estuvo relacionado con la lucha clandestina y la participación de los agramontinos en esta etapa de la historia de Cuba.
El encuentro tuvo como sede la Casa de Cultura Enrique Rodríguez Loeches y contó con la presencia de estudiantes del preuniversitario Hermanos Almeida, miembros de la Asociación de Combatentes de la Revolución Cubana del poblado, trabajadores de la biblioteca y de la propia casa de cultura.
En el espacio, el historiador del municipio relató a los presentes las principales acciones que tuvieron lugar en la localidad agramontina como parte de la lucha clandestina y resaltó el valor de quienes protagonizaron dichas acciones.
Según precisó Rodríguez Hernández, la lucha clandestina inició en nuestro país en el año 1955, sin embargo, en Agramonte desde el año 1953 comienza a organizarse y desarrollarse.
De igual manera, hizo referencia al encuentro que sostuvo Fidel Castro con los jóvenes ortodoxos de la zona para organizar las acciones que se realizarían desde la clandestinidad para apoyar la lucha.
Puntualizó que en diciembre de 1955 se constituyeron tres células del Movimiento 26 de julio en Agramonte, una en la zona urbana dirigida por Mario Perez, otra en la zona rural encabezada por Emérito García y en el Ingenio Santa Rita de Baró dirigida por José Antonio Varona. Mientras que en 1956 se crean dos células más, en Jagüey Grande y en Torriente.
Entre las acciones que se llevaron a cabo, el historiador mencionó la del 25 de diciembre de 1955, ocasión en la que 24 centrales de la provincia de Matanzas efectúan un paro como parte de las huelgas y en Agramonte tomó mucha fuerza en los centrales San Ignacio y Santa Rita.
También derribaron postes, paralizaron el tráfico y se colocaron carteles como parte de las acciones de apoyo al alzamiento del 30 de noviembre.
Rodríguez Hernández refirió algunos de los lugares que por aquella época se convirtieron en punto de encuentro para quienes formaban parte del clandestinaje, entre ellos destacó el Club Deportivo, donde se encuentra el comedor escolar actualmente, la casa de la familia Álvarez y La Tabaquería de Juan Tápanes.
Memorias Agramontinas, constituye, sin dudas, un importante espacio que potencia la historia local con la exposición de datos y hechos históricos que forman parte de la identidad del poblado de Agramonte y que a su vez permite que trascienda en el tiempo
