La cultura africana en la esencia del cubano

Matanzas se mantiene como una de las cunas de mayor pureza en la conservación de la cultura llegada al país desde el hermano continente, manifiesta en artes plásticas, música, danza, literatura, instrumentos artísticos, en el enriquecimiento del idioma, la comida, la religiosidad, los valores y su incorporación en el pensamiento y el corazón de quienes viven en esta bella Isla.

Aquí trasciende más, pues esta provincia fue emporio de la más grande dotación de esclavos negros avasallados por la metrópoli española, fue la sede de las rebeldías contra el látigo y el grillo más relevantes a mediados del siglo 19, a lo que se añade la participación en las guerras independentistas y en la construcción actual de esta sociedad que lucha por la justicia social y la igualdad entre todos los seres humanos.

El poeta ghanés Atukwei Okai expresó que “Cuba es africana y sin Cuba no se puede explicar África”, tan poderosos son los lazos que nos unen. Tradiciones, temperamento, formas de ver la vida con ese encanto rítmico que late en los barrios de la nación.

El 25 de mayo se celebra el Día de África, su origen se remonta al año 1963, cuando 32 líderes de estados africanos se reunieron en Addis Abeba para formar una Organización que represente la Unidad Africana, una fecha que invita a reflexionar sobre los retos y desafíos que se le plantean en el presente y el futuro próximo.

El Comandante en Jefe Fidel Castro enfatizó en la deuda moral que los cubanos tenemos con África y afirmó: “El cumplimiento de las obligaciones solidarias no es una virtud, es un deber”.

Cubano es quien sabe que engalanan su espíritu, tanto valores africanos como españoles, que no se pueden deslindar. Es una realidad que palpita en el comportamiento, en los gestos, en las manos solidarias de los que nacimos en este país.

Legado musical

Cultivadores de los ritmos africanos, han elevado la rumba y todas sus prácticas culturales inherentes, a rangos universales. Por ello, dada su importancia, en 2016 se incluyó por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Dicen que los elementos culturales más extendidos y persistentes en Cuba han sido los Yoruba, debido al gran desarrollo alcanzado por este pueblo antes de la colonización y de la manera en que estos se insertaron en el ambiente cubano.

Sus ritmos eran los que gozaban de mayor preferencia para las labores domésticas o industriales. Fue en nuestra región occidental donde mayor presencia tuvo esa agrupación étnica, que también se le conoció como Lucumí.

Resaltaba su expresión de canto, baile y percusión, originaria de la región de asentamiento de los dichos pueblos yorubas, traídos del África durante la trata colonialista. Estos grupos se radicaron principalmente en las provincias de Matanzas, La Habana y Las Villas.

Especialistas señalan que los instrumentos musicales del género yoruba son los tambores batá; los abwes, Ilamados también chekerés, y los tambores de bembé. A este complejo pertenecen los tambores iyesa y hay que añadir una extensa variedad de sonajas, agogos o campanillas  y endo-percutientes del tipo maraca.  Hay gran variedad de pitos, zumbadores y percusiones. El cantante solista es a quien responde el coro. Sus cantos se entonan en lenguas africanas y en español.

Son famosos Los Muñequitos de Matanzas y Afrocuba. Agrupaciones surgidas de la zona La Marina y Pueblo Nuevo, en la Ciudad de los Puentes y de diversas barriadas cardenenses, como la popular Columbia del Puerto, además de los grupos portadores de Jovellanos y Agramonte, entre otros mantienen vivo su legado.

Tomado de Radio 26

 

 

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