Hasta el último esfuerzo por Matanzas

Solo 34 años tiene la joven doctora Daylis, especialista en Radiología. Foto: De la Autora.

Cada cifra de niño contagiado con la COVID-19 le oprime el alma a la doctora Daylis Ramos Reymont. Ella misma es madre de uno de cuatro años y no le parecen suficientes las medidas para protegerlos del SARS-CoV-2.

«Todo cuidado es poco, a la hora de preservar a los infantes. Sobre su vigilancia, el modo de evitarle la enfermedad, mucho se informa por los medios de prensa, pero aún no se percibe en la población plena conciencia del esmero para preservar del coronavirus a los que tienen edad pediátrica (de 0 a 18 años)», reflexiona.

«Lo que más me preocupa es la desprotección a los lactantes. Hay pequeñines de dos meses con 15 o 16 contactos. ¡Lo nunca visto!”, exclama.

Mientras espera para comenzar la jornada laboral, Daylis razona sobre la circulación en Matanzas de los cinco cero tipos de la cepa Delta, entre 30 y 60 veces más peligrosa que sus antecesoras, por su alto poder de contagio.

«Sin embargo, especifica, un peso importante en la elevada transmisión se relaciona con la indisciplina en general, tanto social como en los centros laborales. Se continúan irrespetando los protocolos en no pocas entidades y, a pesar de nuevas decisiones para evitarlo, siguen las aglomeraciones en los bancos, las farmacias, por citar algunos lugares», advierte.

Trabajadora del hospital pediátrico docente provincial Eliseo Noel Caamaño, Daylis se encontraba preparándose en La Habana para cumplir su segunda misión internacionalista. Fue entonces cuando a varios colegas “nos solicitaron interrumpir nuestros planes para venir a apoyar al territorio en la lucha contra la pandemia. No lo pensé dos veces y sin que me quedara nada por dentro, dije: lo mío primero».

Con una emoción difícil de esconder, afirma: “Hemos apoyado al mundo, ahora toca a la Patria. La prioridad es Matanzas, y aquí estoy», confiesa.

Graduada en el año 2011, la especialista en Radiología considera que Cuba está manejando la COVID-19 en el peor escenario posible y eso es por culpa del bloqueo, que en este año y medio ha exacerbado su esencia criminal. «Es mucha la carencia de insumos, medicamentos, material gastable como batas, mascarillas, guantes, gorros, son una cruel realidad”, lamenta.

Así y todo, pondera orgullosa, el país busca alternativas en esa apuesta por la vida, definitoria de su esencia humanista. “Solo un gobierno interesado en salvar al pueblo estimula la creación de vacunas para contener el contagio y proteger a su gente. Esa es la prueba más irrefutable».

Por eso, expresa, en tan difícil contexto lo mejor es que cada cual haga lo suyo para contener el coronavirus. “No se puede bajar la guardia para evitar contagiarse. Cuando eso sucede, el virus encuentra una puerta de entrada”, dice y la voz se le quiebra.

“Todo el mundo debe ayudar. No puede ser solo una tarea del sistema de Salud o del Estado. Ya hay más de 330 fallecidos en la provincia. No es juego ni fake news, es una dura realidad, duele.

“Soy matancera de pura sangre, por eso estaré aquí, ayudando, hasta que se me necesite. La misión puede esperar. Estoy dispuesta a dar hasta mi último esfuerzo Matanzas».

Foto: Solo 34 años tiene la joven doctora Daylis, especialista en Radiología. Foto: De la Autora.

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