Bastaba observarlo sobre el tabloncillo para augurar no menos de 20 puntos por partido, pues su accionar constituía un azote para quienes enfrentaba. El mote de “El Puma” se lo ganó por sus rápidos movimientos y acometidas al aro como defensa-atacador.
El recuerdo de Dany Raúl Torriente Céspedes prevalece en los que disfrutaron de sus actuaciones nacionales e internacionales desde que decidiera inclinarse por el deporte de las canastas, apenas con ocho años de edad, en su natal Jovellanos.Comenzó en el área especial de la escuela primaria Camilo Cienfuegos, centro del que surgieron otros conocidos atletas, como el voleibolista Cirianni Méndez y la velocista Nelkis Casabona, quienes también ascendieron a la élite del deporte cubano.
En su vivienda en el reparto El Naranjal, en esta ciudad, tuvo lugar el encuentro el domingo último, con la compañía de su esposa y dos hijos.
“Tengo otros dos pequeños, Arly Isabel y Tiago, en Cárdenas, —expresa sin darme tiempo a interrogarlo—. Vamos a ver cuál de ellos sigue mis pasos, pues el mayor, Brayan Luis, practica judo. Puede irle bien. Mírelo, el mulato está fuerte”, asevera sonriente.
Entonces comienza la entrevista y me cuenta que en su infancia practicó varios deportes como el fútbol, atletismo y baloncesto. Este último bajo la batuta del profesor Alfredo “Ratón” García, con quien se mantuvo cerca de un año.
“Cierto día, estando en la pista, me invitaron como refuerzo a una competencia de baloncesto, en Pedro Betancourt.
“Luego me quedé a entrenar y estudiar en el territorio, cuna de esta disciplina en Matanzas. Allí surgieron Allen Jemmott, Beatriz Perdomo, Regla Hernández y muchos otros talentosos jugadores que brillaron en el mundo”.
A partir de ese momento, Dany tejió una estela de participaciones y resultados positivos en categorías menores. Incluyó los topes bilaterales con Puerto Rico, en los que debutó internacionalmente.
Un hecho resultó inolvidable para el entrevistado: “Me seleccionaron, con 11 años, entre los 10 mejores de Cuba, sumadas todas las categorías. Era alumno de la Eide Luis Augusto Turcios Lima, donde estuve hasta el curso 98-99.
“En esa fecha fui ascendido a la Espa nacional Giraldo Córdova Cardín, en la que permanecí cuatro cursos. En el segundo viajé a Bogotá, Colombia, a un torneo especial por invitación”.
Junto a connotados jugadores como Orli Noroña, José “El Yuca” Rosell, Geofri Silvestre y Joan L. Haití tuvo un período de amplia asistencia a torneos oficiales y especiales dentro y fuera del país, incluidos los Centrobasques y Juegos del Caricom; pero ningún certamen significó tanto para “El Puma” como el Torneo de Ascenso y la Liga Superior a nivel nacional.
“En ellos prácticamente nos dimos a conocer. Ver colmados, con enorme gritería, al Ateneo Deportivo Aurelio Janet y otras salas del país satisfacía y alegraba. Era la primera década del 2000.
Con Allen Jemmott, Dany formó una dupla de gran éxito. No marcaban nunca menos de 50 puntos en cada partido.
“Tengo los mejores recuerdos junto a él, al que no por gusto llamaban ‘La Máquina’, y que fue capitán del equipo de las cuatro letras. Además de compañero, compartía el saber”.
Al final del diálogo uno de sus pequeños reclama la atención de “papá”, por lo que el interpelado cede ante tan entrañable pedido; pero no sin antes aludir a su colaboración en Italia y en la actualidad, en la Eide local, donde asesora a entrenadores de todas las categorías. Así demuestra que no ha dejado de ser “El Puma”. Siempre al acecho para aportar conocimientos y experiencias. (Por: Dagoberto Arestuche)