Honrar al Che con el cumplimiento del deber

Jefe y héroe en la primera línea del combate más difícil; honesto, unitario, con una moral, ética y lealtad intachables como combatiente guerrillero y dirigente en las responsabilidades que ocupó tras el triunfo de la Revolución Cubana, en 1959.

conEs tan solo una parte del legado que dejó el Comandante Ernesto Che Guevara, paradigma para todos los cubanos. Su obra política y revolucionaria es de permanente motivo de reflexión y dentro de ella ocupa un lugar prominente su pensamiento económico.

Para el Guerrillero Heroico resultaba decisiva la lucha constante por lograr niveles superiores en el desarrollo del país. En tal sentido planteó la necesidad de que los obreros comprendieran a cabalidad la razón de sus tareas como verdaderos creadores de las riquezas en Cuba y que a su vez el pueblo adquiriera conciencia como único dueño y beneficiario de sus producciones. “El socialismo –explicaba- no es de palabras, sino que es el resultado de hechos económicos y de hechos de conciencia.

Al frente del Ministerio de Industrias impulsó la tarea de organizar en las fábricas y empresas de ese organismo todo cuanto fuera necesario para el aseguramiento de la calidad en cada fase del proceso productivo, aspecto que estudiosos de su obra consideran como una visión anticipada al concepto sobre Calidad Total.

“La lucha por la calidad del producto –alertaba- es una lucha revolucionaria y de vanguardia, y nunca se equivoquen en pensar que por el hecho de ser revolucionario se puede dar al pueblo un producto de mala calidad, eso sería atentar contra la Revolución”,

El Che ponderó la necesaria coordinación entre los organismos tanto nacionales como locales. A tal efecto orientó la creación de los Comités de Industrias Locales, los cuales, además de otras funciones, encauzarían la asistencia técnica, laboral y material entre las industrias de una misma región y conciliarían sus intereses con los del territorio.

Una iniciativa promovida por el Comandante Guevara fue la puesta en práctica de un Sistema de Capacitación que incluyera a los obreros y a los más altos directivos del sector. Concibió un sistema de escuelas que iban desde un mínimo técnico para operarios y obreros hasta la Escuela de Administradores para las empresas socialistas con una amplia red nacional.

“La prioridad otorgada por el Che al programa de capacitación lo llevó a la creación de una Dirección especializada para estos fines que fue adscripta directamente al Ministro desde el mismo momento de su  creación”, según expone Orlando Borrego, en su libro Che el camino del fuego.

Acerca de la honradez administrativa, estableció las más altas exigencias a los cuadros de dirección. En cuanto a la austeridad y a la ética  -cualidades resplandecían en su ejemplo personal- proclamaba que éstas debían ser patrones de conducta para todos los cuadros de dirección.

Su liderazgo movilizaba a las masas al predicar con la modestia y el sacrificio que provenían de su ejemplo permanente. En asambleas obreras, reuniones otros contactos con obreros y dirigentes de diversos sectores, ejercía su labor persuasiva y educativa. en virtud del desarrollo de la conciencia socialista.

Consideraba que los revolucionarios debían consagrarse al trabajo para alcanzar éxitos en beneficio de la humanidad y en la edificación de una sociedad justa, desde la cual honramos al Comandante victorioso este 8 de octubre en el aniversario 58 de su asesinato en tierras bolivianas.

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