Una de las primeras peleas contra la COVID-19 se entabla desde los consultorios médicos de la familia en Cuba, donde en una labor como de zapadores se busca palmo a palmo, de persona a persona, cualquier paciente con sintomatología relacionada con la pandemia.
Entre los más de 10 mil 860 consultorios existentes en el país, el número 14 del policlínico 7 de Diciembre, en Jagüey Grande pudiera medir cuánto acontece a diario en esos enclaves sanitarios creados por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en enero de 1984.
La doctora Darlenis Escandel González, médica de la familia en ese dispensario, declaró que en medio de este complejo escenario epidemiológico que presenta el municipio, algo fundamental resultan las pesquisas diarias a la población.
Dentro de la pesquisa diaria se prioriza la atención a pacientes que son contactos de casos positivos y que se encuentran bajo aislamiento domiciliario.
Según la especialista en Medicina General Integral, en el consultorio médico se lleva una labor fuerte con las embarazas y los niños, y con la población en general en las orientaciones de cómo enfrentar la COVID-19, referente al necesario aislamiento social, el lavado de manos y el uso de hipoclorito, la desinfección de las superficies, el uso de nasobucos para reducir al mínimo la infección tan letal de este azote.
Además de los 10 mil 869 Consultorios Médicos de la Familia, Cuba cuenta con 449 policlínicos, y 785 Grupos Básicos de Trabajo, que integran la atención primaria de salud, según el sitio digital Cubadebate.
Este modelo de atención en la primera línea, desde su surgimiento posee un enfoque clínico, epidemiológico y social, atención del individuo, la familia, la comunidad y el medio ambiente; y participación comunitaria e intersectorial, con el fin de mejorar el estado de salud de los habitantes en todo el archipiélago nacional, una labor indispensable en estos tiempos de COVID-19.
Estudió Periodismo, Licenciatura en Comunicación Social en Universidad de Matanzas “Camilo Cienfuegos”