Desde Agramonte: un testimonio que nos convida a no olvidar nuestra historia

Desde sus inicios la naciente Revolución Cubana se vio amenazada por los intentos desestabilizadores del gobierno norteamericano, razón por la cual miles de combatientes de las Fuerzas Armadas, el Ministerio del Interior y las Milicias Nacionales Revolucionarias libraron importantes batallas para mantener las conquistas alcanzadas aquel 1 de enero de 1959.

Entre ellas destaca la Lucha Contra Bandidos, cuyo objetivo era erradicar de nuestro país las bandas contrarrevolucionarias que operaban en distintas zonas y poner fin a los crímenes que ejecutaban.

Ángel Campos Fernández, fue uno de esos jóvenes que participó en la Lucha Contra Bandidos, miembro actualmente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana del poblado de Agramonte.

Según cuenta Ángel, siendo muy joven se incorporó al Batallón 243, conformado en el territorio agramontino para apoyar la Lucha Contra Bandidos. Desde allí, partieron hacia distintas zonas de la provincia de Matanzas para recibir preparación combativa. En primer lugar fueron a un pueblecito de Unión de Reyes y después hacia otras zonas para adquirir experiencias, hasta llegar al Escambray.

Campos Fernández, explica que también estuvo en la escuela nacional de mecanización en La Habana, donde junto a sus compañeros recibió cursos para operar diferentes equipos.

Hubo momentos difíciles-confiesa Ángel- “una noche tenía muchos deseos de llevarme un cigarro a la boca y me senté en una piedra a fumar, sin importarme el riesgo. Un compañero del municipio de Martí me dijo apártate que te van a matar, y al poco rato chocó una bala contra la piedra y tuve que tirarme al suelo”, recuerda Ángel como una de las anécdotas.

También hubo días de combates extensos, de durar casi 24 horas. Fueron momentos muy duros, incluso días en los que no se comía, pero había que seguir adelante.

Cuando ha transcurrido más de seis décadas del inicio de la lucha Contra Bandidos en nuestro país resulta válido reconocer a esos hombres y mujeres, que al igual que Ángel Campos Fernández, dieron su paso al frente para defender la obra revolucionaria y enfrentar a las bandas de alzados que tanto dolor causaron al asesinar a maestros, alfabetizadores, obreros y humildes campesinos, además de quemar escuelas y viviendas.

Páginas tristes de nuestra historia que no pueden ser olvidadas y que resaltan la valentía de muchos cubanos, que en aquel entonces siendo muy jóvenes protagonizaron una lucha que puso fin a las bandas contrarrevolucionarias.

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