1 de marzo: Día Internacional de la Cero Discriminación

La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 1 de marzo como el Día para la Cero Discriminación,el cual constituye un llamamiento para promover y celebrar el derecho de cada persona a vivir una vida plena con dignidad, independientemente de su aspecto, sexo, edad, religión, lugar de procedencia, condición social, opiniones, raza, discapacidad, origen étnico, orientación sexual, lengua, condición médica o cualquier otro motivo.

La fecha fue establecida en 2013 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, después de que el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) pusiera en marcha su campaña en favor de la discriminación cero en el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA.

La discriminación hace referencia a cualquier acto o comportamiento que tiene por objeto o resultados la violación de los derechos humanos fundamentales que todas las personas disfrutan en pie de igualdad.

Desafortunadamente, la discriminación sigue minando los esfuerzos para conseguir un mundo más justo y equitativo. Muchas personas se enfrentan día a día a la discriminación por quiénes son o por lo que hacen.

Es indispensable recordar que el derecho a la no discriminación implica que todas las personas reciban un trato digno: que se respete su dignidad humana, autonomía, privacidad y confidencialidad, y que se les garantice la ausencia de coacción y abuso en igualdad de condiciones.

En la actualidad, existen desigualdades en el acceso y garantía de derechos por razones de sexo, edad, salud, ocupación, ingresos, discapacidad, orientación sexual, identidad de género, raza y religión, entre otras.

Según datos de la ONU, la desigualdad está aumentando para más del 70 por ciento de la población mundial, lo que agrava el riesgo de división y obstaculiza el desarrollo económico y social.

Actualmente, se advierte que el COVID-19 está afectando con mayor dureza a las personas más vulnerables. La pandemia ha puesto de manifiesto, una vez más, la discriminación estructural y social existente.  Incluso cuando se dispone de nuevas vacunas contra la COVID-19, existe una gran desigualdad para su acceso. Asimismo, el costo para acceder a cada dosis varía considerablemente de un país a otro con sus implicancias en las condiciones y oportunidades de acceso.

En este marco, se vuelve clave la eliminación de leyes, políticas y prácticas discriminatorias para garantizar la igualdad de oportunidades y reducir las desigualdades. Al mismo tiempo, se destaca la necesidad de promover un crecimiento social y económico inclusivo, con foco en los sectores de salud, educación, protección social y trabajos dignos.

El lema de este año es Eliminemos las leyes que perjudican, creemos leyes que empoderan.ONUSIDA explica que “en muchos países, estas leyes provocan que se trate de manera diferente a las personas, que se las excluya de servicios esenciales o que se restrinja injustamente el modo en que pueden vivir sus vidas solo por el hecho de ser quienes son, hacer lo que hacen o amar a quienes aman. Estas leyes se oponen a los derechos humanos y las libertades fundamentales”.

En definitiva, el 1 de marzo se trata de celebrar el derecho de todas las personas a vivir una vida plena y productiva con dignidad y sin discriminación.

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