Desde Sao Tomé y Príncipe: un galeno jagüeyense apuesta por la vida

Hace seis meses que la sala de pediatría del Hospital Iluminado Rodríguez, de Jagüey Grande vio partir hacia la hermana nación de Sao Tomé y Príncipe a unos de sus médicos más prestigiosos. El pediatra Noel Rodríguez Ortíz no le teme a la pandemia, a la cual combatió en la Zona Roja en Matanzas. Ahora brinda sus conocimientos y asistencia en Sao Tomé y Príncipe, como parte de la brigada Henry Reeve, de 19 cooperantes que combaten cara a cara a la COVID-19.
Con el renombrado galeno conversé vía internet. Noel cuenta que “en estos momentos estamos con muchos casos positivos y hemos tenido que cerrar filas y extremar medidas. La semana pasada estuve de guardia y tuve que ir al hospital de campaña donde se atienden casos positivos y ver niños allí. Ahora hay alrededor de siete contagiados con el virus y otros pendientes del resultado de la prueba PCR”.
Como aquí en Cuba, los especialistas alertan sobre el cuidado de los menores ante esta pandemia, aunque reconoce que hasta el momento evolucionan bien. “ La enfermedad aquí no se ha comportado tan agresiva. Muchos síntomas respiratorios pero sin grandes complicaciones.”
El peligro asecha siempre cuando la Covid 19 está cerca. Bien lo sabe el galeno, natural de Calimete y que formó una familia en el poblado de Jagüey Grande. “Tenemos posible fecha de salida para julio, aunque creo que con este rebrote la misión se puede extender más tiempo en la nación africana.”
Al mismo tiempo, el especialista en pediatría reconoce que a pesar de la situación compleja que presenta Cuba, confía en la capacidad organizativa y la calidad de los servicios médicos de la Isla para hacerle frente a este nuevo brote de la enfermedad.
La lejanía de la familia resulta el tema más difícil para Noel. “Me comunico con ellos todos los días. Aún así es muy dura la distancia. Mi esposa me dice que mucha gente pregunta y se preocupa por mí”.
El tiempo ha pasado, pero al galeno jagüeyense le parece interminable su tarea en la hermana nación africana. Extraña a su pueblo, a su gente y a su familia. “ Aquí no me ha sido nada fácil. Abrí, cuando llegué, una terapia intensiva de neonatología. Y he salvado a muchos niños pretérmino de 30 semanas y peso de 750 gramos solamente”.
Entonces me compartió la foto de un bebé al que salvó. “No se contaba con él, estaba crítico al nacer y ya tiene tres meses de vida. Su mamá es profesora y está muy agradecida conmigo. Me envía fotos todos los días para que vea su excelente estado. Desde que llegué he contribuido a bajar la mortalidad infantil de esta nación. El ministro de Salud me pidió que me quedara por más tiempo, pero no puedo ni quiero perder más tiempo con mi familia. La labor que aquí realizamos es muy noble e importante para la vida, pero en Cuba también me necesitan. Espero pasar el venidero fin de año con mi familia y amigos, en mi tierra.”, confió el galeno, orgullo de Jagüey Grande.